El Caura
Bosques
ProductosDelaFloresta
del Sur
del Sur
Desarrollo
Agrícola y
Agrícola y
Pecuario
Los estudios
sistematizados que se realizan en la cuenca del Caura desde los años sesenta
lo señalan con un potencial hidroeléctrico igual o superior al que se aprovecha
en el Caroní. Además, lo colocan delante del Apure como río de primer orden y
con uno de los saltos caudalosos más grandes del mundo.
Desde su
nacimiento en la Meseta de Jaua con el nombre de Merevari hasta su
desembocadura en el Orinoco y a lo largo de sus 600 kilómetros, el Río Caura
ha sido objeto de intensas exploraciones y estudios, últimamente, cuando se
pondera su potencial fuerza hidroeléctrica frente a la del Caroní, en fase
final de total aprovechamiento.
Los estudios sistematizados
más recientes realizados primero por la División de Hidrología del MOP y luego
por el Ministerio el Ambiente (MARNR) y
CVG-Edelca, son realmente sorprendentes: El Caura ya no es el río de
segundo orden que siempre se ha creído. Con relación a la hidrografía nacional,
el Caura sigue en orden al Caroní y es mayor que el Apure.
Siempre
se creyó y así se halla divulgado en textos geográficos como el de Agustín
Codazzi y Marco Aurelio Vila, que el Río Apure, seguramente por tener una
cuenca tributaria mayor, era más caudaloso que el Caura. Pero se ha comprobado que el Caura, con 50 mil kilómetros cuadrados
de cuenca, escurre 2.600 metros cúbicos por segundo de gastos promedio anual.
La explicación que da
Hidrología es que el factor edáfico, aunado a la pluviosidad altísima, aventaja
con creces a los mismos elementos ocurrentes sobre la cuenca del río Apure.
La cuenca del Caura, se
halla enclavada en el borde septentrional del Escudo Guayanés y,
geomorfológicamente, comprende rasgos que van desde planicies horizontales
hasta mesetas de escarpes que se elevan a más de 2.500 metros sobre el nivel
del mar, muy identificadas con la Formación Roraima.
Desde el punto de vista de la vegetación y la
pluviosidad, tres grandes zonas dividen al
Caura: la que va de Las Trincheras a la desembocadura, definida como
sabana tropical en cuanto a la lluvia concentrada en una sola estación, de mayo a octubre y el resto como
estación seca; la que va de las Trincheras a Pie de Salto, definida como
bosque montañoso de árboles medianos y
densidad no muy alta; y la que se extiende al sur de Pie de Salto hasta
los confines con el Brasil, que es selva lluviosa de vegetación muy vigorosa y tupida. Aquí la lluvia transcurre durante
todo el año, con una media anual mayor de los 3.000 mm.
Saltos de agua majestuosos
y de una gran fuerza en medio de un paisaje vegetal y geomorfológico
variado e impresionante se localizan a lo largo de la hoya del río Caura. A
saltos como Las Pavas, La Bocona, La Laja, Laja Azul, Despeñadero y Boca Negra,
con alturas que oscilan entre 10 y 70
metros, se les ha establecido un caudal individual de 1.400 metros cúbicos por segundo y a medida que la
altura se eleva en los saltos
Aimara, Merevari, Rojo, Jaua y Caranacuni, desciende el caudal. El salto Las
Pavas, de acuerdo con su promedio anual, aparece como el octavo entre
los saltos conocidos del mundo.
Según los estudios de
hidrología, si la clasificación se hiciera en base al potencial hidroeléctrico
capaz de generarse, la cadena de cascadas de 210 metros de desnivel, en menos
de cuatro kilómetros de longitud, resultaría
la tercera del mundo. Se estima que la región de los saltos cuya cadena
comienza con Las Pavas, puede producir una potencia hidroeléctrica superior a la del Caroní, donde hoy se
alzan las Presas de Guri y Macagua I y II.
El ex-presidente Carlos Andrés Pérez, en un
discurso pronunciado en la Asamblea de Fedecámaras en
1977 hizo alusión a la importancia del río Caura
y al estudio preliminar hecho por su Gobierno. Dijo en tal ocasión que de acuerdo con tales
estudios, el Caura podrá producir 15 millones de kilovatios, más de lo que
produciría el Caroní y que ello significaba que Venezuela continuaría
suministrando la energía hidroeléctrica más barata del mundo.
Además de la gran fuerza
energética que sería capaz de generar el Caura, están los grandes yacimientos de bauxita en la serranía de Los Pijiguaos estimados en 200 millones de toneladas. Estos dos factores hacen que no sea descartable para el futuro la instalación de una gran planta reductora de aluminio en
la región.
Según el experto petrolero Aníbal R. Martínez,
la construcción de una gran central
hidroeléctrica en el río Caura tendría el más beneficioso efecto en el
desarrollo de una porción olvidada del territorio nacional. Habría que pensar en la afluencia de industrias a la
zona, la evolución social y los elementos económicos.
La construcción de una central hidroeléctrica
en el Caura seria por otra parte la salvación del centro del país en materia
energética dada la baja confiabilidad de la
línea de transmisión Guayana-Centro. En ello contribuiría como factor de
importante consideración el que la confluencia de los ríos Caura y
Orinoco está a menos de 400 kilómetros al sureste de Caracas, es decir, 200
kilómetros más cerca de la región central que el sistema del Caroní. Sin embargo, a pesar de que el potencial
hidroeléctrico del Caura (2.500 MW de potencia) es el segundo en magnitud a
escala nacional y de la ventajosa situación geográfica, no está
programado para desarrollarse durante el Siglo XX.
Lo que si parece adelantado
es un estudio sobre la posibilidad de trasvasar aguas del
río Caura al río Paragua que es el principal afluente del Caroní. Esto para reforzar el caudal que alimenta
las represas de Guri y Macagua.
Edelca que tiene presencia en la cuenca del río Caura desde el año 1970
cuando COPLANAR (Comisión para la Planificación de los Recursos Hidráulicos)
definió como potenciales escenarios para la producción
hidroeléctrica las cuencas altas del Caroní y el Caura, viene haciendo
recorridos fluviales con fines de estudios hidrológicos en el Caura y sus
principales afluentes, así como reconocimientos muy preliminares de carácter local en los posibles
escenarios de trasvase entre los ríos Caura y Paragua.
Edelca ha informado que una vez concluyan los proyectos
del Bajo Caroní (Presas de Macagua II, Caruachi y Tocoma), se
procederá a trabajar en el Alto Caura con
base a los estudios que ahora se adelantan para definir la factibilidad del proyecto. En caso afirmativo,
está previsto el análisis del posible impacto ambiental a producir, la
afectación a las comunidades, el ecosistema y la navegabilidad del río, entre
otras variables.
Una vez que los
estudios indiquen la factibilidad del proyecto de trasvase del
río Caura al Paragua, Edelca ha anunciado que iniciará un proceso de
información y consultas a nivel de todas las instancias civiles: Poder Ejecutivo, Legislativo y
comunidades involucradas, así como, a todos los
organismos relacionados con el proyecto y la región, para armonizar las
políticas de los desarrollos hidroeléctricos.
En abril del año
pasado, altos representantes de Edelca se reunieron con la
comunidad de Santa María de Erebato para informarle de los estudios que se
realizan en las cabeceras del Caura y desmentir las informaciones que se han
puesto a circular, según las cuales, de concretarse el proyecto de
trasvase, afectaría el ecosistema de la región y derivaría daños impredecibles.
Las poblaciones más importantes a la orilla
del río Caura son Maripa, capital del Municipio Sucre, Aripao y Las Trincheras.
Hay otras como Puerto Cabello, Jabillar, La Aurora, San Isidro, Doufroumi,
Chajura, Canaracuni, Maniña y Santa María de Erebato, un pueblo nuevo que
comenzó a construirse en diciembre de 1958 por iniciativa del Padre Daniel de
Barandiarán y otros hermanos de la Compañía de Jesús.
Santa María de Erebato, en las cabeceras del
Caura está prácticamente en el escenario donde se realizan los estudios de
trasvase del Caura al Paragua, y ha sido la primera comunidad en reaccionar, y
de allí la movilización temprana de los altos representantes de Edelca.
Está integrado este pueblo por indios
Makiritares y Shirishanas, y es hoy por hoy, una de
las comunidades indígenas mejor organizadas y con un modo de vida bien
sustentado en la agricultura y la cría. Cuenta con una pista de aterrizaje para
DC3 y una Estación de Meteorología y de Radio.
Se halla a una altitud de 600 metros sobre el nivel del mar que le depara
un clima muy grato de 24 grados media anual. La precipitación es casi continua,
con apenas dos meses -febrero y marzo- de estación seca, cuando es posible ver
todo su esplendor el gigantesco macizo del Hawahidi
o Sierra de La Pava en las cabeceras del propio Caura, con las alturas
que pasan de los 2.000 metros. En sus inmediaciones viven los indios Eneana o
Pintados, muy ariscos y de los que muy poco se sabe. Hoy día los ojos de Venezuela, especialmente los del Estado Bolívar, se
están volviendo con inusitado interés hacia el Caura, hacia el futuro que podría
prometer ese caudaloso como oloroso río (oloroso por sus extensos sarrapiales), si son acertados los planes del
estado venezolano como consecuencia de los estudios que ahora se hacen y
en función de las necesidades de desarrollo
de la región caureña y del país. Este portentoso río de una gran fuerza
energética increíble, ha estado durante siglos relegado a segunda categoría, no obstante haber sido señuelo de aventureros, añagaza de los buscadores de fortuna en su
floresta y una realidad pecuaria explotada en sus extensas sabanas en
tiempos de los caudillos Joaquín Crespo y Juan Vicente Gómez. Aparte de lo
bueno que pueden ser sus tierras para la producción de arroz, para el desarrollo de la ganadería o para el aprovechamiento de
la sarrapia, el caucho, el balatá y el pendare, hoy bien se sabe que el potencial hidroeléctrico del Caura es tan importante
como el del Caroní, pero que ambos tendrán que complementarse para
afianzar el desarrollo industrial de Venezuela, liberando todo el poder
energético posible para cuando ya no contemos con el petróleo.
Bosques
Las formaciones vegetales mayores de Venezuela son las
selvas lluviosas, centradas bajo el arco
orinoquense, en la extensa Guayana que abarca los territorios de
Bolívar, Amazonas y Amacuro. Selvas lluviosas densas y con dimensión de océano
bajo un clima reciamente cálido y a la vez húmedo. Las precipitaciones llegan
anualmente a los 2.000 mm. Ningún mes
recibe menos de 60 mm. de lluvia y las plantas en razón de tan acentuada
humedad son de gran multiplicidad de especies, vigorosas y enormes. Se calcula
que los bosques de Guayana se extienden sobre una superficie de 37 millones 500 mil hectáreas equivalente
al 71 por ciento de los bosques naturales del país. Sólo el Estado Bolívar
cuenta con una superficie cubierta
de 17.940.146 hectáreas de bosques, de las cuales 15.247.150 se
encuentran amparadas bajo la figura de Régimen de Administración Especial, y
un 50 por ciento de ellas, 7.233.750 Has., lo constituyen las reservas
forestales y lotes boscosos destinados para la producción forestal.
Los recursos forestales con fines de producción son
las de Imataca, Reserva Forestal de La Paragua, las del Caura y Sipapo más los
Lotes boscosos de San Francisco y San Pedro. El resto, 6.138.400 Has, cumplen
funciones de protección de los otros recursos existentes en las zonas Sur del
estado y 1.885 Has, están decretadas como Parques Nacionales.
En las tierras forestales productores se han
encontrado más de 15 especies comerciales
entre las que destacan el Muerillo, Barramán, Caro Caro, Carapa, Guamo, Peonio, Purguo, Azucarito,
Majagua, Guacharaco, Cedro Blanco y Pilón, que representan el 78 por
ciento de la producción maderera en rolas
en el caso de las Reservas Forestales de Imataca para 1987. En Guayana se explota aproximadamente 100
mil metros cúbicos de madera al año provenientes de las Reservas de
Imataca, Lote de San Pedro, lote privado de Caño Blanco y del área asignada a
la CVG.
Desde que los precios del petróleo comenzaron
a resentirse, ha sido preocupación venezolana la de
optar por otras alternativas económicas, y así, se han visto
últimamente con marcada atención al turismo y al sector forestal.Pensando en una industria de
papel, de resina y contra-enchapado, la CVG comenzó en 1969 un ambicioso
programa de siembra de Pinos Caribe, Norte del Orinoco al cual más tarde y dado
su éxito, se sumaron el MAC a través del
Conare y el sector privado. Uverito, actualmente, es un inmenso bosque que no
deja de crecer a medida que se explota y es un buen ejemplo de las
posibilidades comerciales que tiene Venezuela en el sector forestal,
En la X
Convención Nacional de Ingenieros Forestales realizada en Ciudad Bolívar en
junio de 1988, el entonces titular del Ministerio del Ambiente y Recursos Forestales, Guillermo Colmenares Finol, dijo que la gestión forestal ha
permanecido a la zaga del proceso de desarrollo, que el sector ha sido subestimado y que está planteado el
aprovechamiento de los bosques con potencialidad productora, pero con
instrumentos de conservación que
aseguren su perpetuidad, para lo cual se impone un manejo racional
mediante la aplicación de conocimientos biológicos, económicos y sociales,
orientados hacia el aprovechamiento integral y fomento del recurso y mejorando
la potencialidad productiva del ecosistema, por vía natural o inducida.
Dentro de este concepto,
virtualmente se explotan desde 1985 en Guayana
las reservas de Imataca y varios lotes boscosos. La CVG, aparte de
reforzar la siembra de Uverito, inició ese mismo año varios proyectos, entre
ellos, la incorporación de 65 mil hectáreas al manejo forestal del Vaso de Guri, el proyecto de Caucho natural en
Amazonas, reactivación de la empresa TAMAVECA y el proyecto de aprovechamiento
de Mangle.
En 1990 la CVG aprovechó en
el Lago o Vaso de Guri, 12.000 metros cúbicos de madera en pie y 16.000 en
Imataca y para compensarlo, sembró 150 Has, de Caucho natural y seleccionó de
140.000 Has, de áreas potenciales para Eucaliptos.
En agosto de
1989, la CVG suscribió con Palmaven, Shell e Industria Papelera Nacional, un
Convenio para desarrollar un proyecto forestal con fines industriales, para explotación de madera a objeto de abastecer el mercado
nacional.
Venezuela
satisface el 80 por ciento del consumo nacional de la industria mecánica de la
madera y su reto actual, dado el incremento de la demanda, es llegar a un
razonable autoabastecimiento para finales de siglo. Ello implica explotar
90.000 hectáreas anuales de bosques, dentro del concepto de desarrollo
sostenido, sin destrucción, que es lo que más inquieta a conservacionistas con
relación a los bosques de Guayana, que
aunque ingentes, abundantes y diversos, corresponden a una coyuntura ecológica de millones de años sobre una
tierra sedimentaria y frágil.
Productos de
la Floresta del Sur
Balatá,
caucho, sarrapia y madera principalmente, pero también en escala menor, otros productos como el dividivi,
bálsamo de Copaiba, corteza de quina, chiquichique y pendare, significaron
desde la floresta del sur del Orinoco para Venezuela, importantes
fuentes de divisas, y para Ciudad Bolívar,
puerto fluvial por donde se exportaban, un movimiento comercial de
relevancia.
Desde finales
del siglo diecinueve hasta los años 50 del presente siglo veinte, Ciudad
Bolívar acusaba un movimiento de caleta importante subrayado por la
exportación de productos extraídos de la selva Sur del Orinoco, tales como el balatá, el caucho, la sarrapia, el dividivi,
bálsamo de copaiba, corteza de quina, chiquichique y madera.
De todos estos
productos fue sin duda el Balatá el de mayor auge en su explotación y comercio.
A finales del siglo XIX, la utilización del caucho vulcanizado en la industria
del automóvil, multiplicó la demanda generando lo que se denominó "fiebre
de balatá" que trajo a las zonas selváticas de explotación toda una gama
de aventureros, bandoleros, caciques y comerciantes que explotaban el balatá en forma inhumana, mientras que por otro lado
el Gobernador de turno presionaba con impuestos o también se metía de lleno en
el negocio. De esta situación
La savia del Purguo,
obtenida por cualquier procedimiento era cuajada al fuego hasta darse el balatá, moldeado en planchas de cincuenta
libras de peso que finalmente se transportaban en piraguas hasta Ciudad
Bolívar, donde eran comercializadas a través de casas de importación y exportación
como Blohm y Cía, Casalta, Boccardo, Palazzi, Dalton, Tomassi, etc.
En Tumeremo donde se recogía el látex de toda
la región del Cuyuní. Botanamo y parte de Imataca, se estableció la compañía
inglesa Dick Balatá Ltd. que acaparó
concesiones y, empleando contratistas, implantó un aparente monopolio en
la zona.
Durante los mejores
tiempos de la explotación (1890-1930), Venezuela exportó un promedio de 700
toneladas métricas por año. Para 1948 la exportación había llegado a 173.895
Kgs. por un valor de 411.008 bolívares. La
irracional explotación, la crisis económica de los años 30 y la competencia en
el mercado internacional desatada por fuertes productores como Brasil,
Indonesia y Malasia acabaron con esta actividad de la selvicultura guayanesa.
La Sarrapia
Este árbol de la región del Bajo Caura, fue
declarado en 1952 "Árbol emblemático
del estado Bolívar", no sólo por su porte señorial de fronda y flora, sino por el valor económico de su fruto,
fuente de la Cumarina, utilizada en la industria de la Perfumería y para
aromatizar ciertos tipos de tabaco.
Centenares de miles de
árboles de impresionante corpulencia, cubren las tierras húmedas de Guayopo,
Suapure, Hilaria, Monte Oscuro, Pastora, Chiveta,
El Caballo y El Manteco en el Bajo Caura, sin dejar de mencionar las selvas ribereñas dé la zona media, desde
el raudal La Mura hasta la desembocadura de Nichare y las grandes
montañas orinoqueñas.
Lo espléndido y
generoso de esta flora sarrapiera es su fruto (Coumarouna punctata),
drupa de forma alargada y pulposa de cuya almendra se obtiene la cumarina. Los frutos
caen espontáneamente, sin que el árbol lo toque para nada la mano del hombre,
suerte que jamás tuvo el Caucho, el Purguo o la Copaiba a los que había que
exprimirle la savia a fuerza de mortales incisiones.
Al madurar el fruto
entre febrero y abril, cae del árbol y ya en marzo está lista y servida la mesa del
sarrapiero recolector.
Los campesinos del Caura dicen que la Sarrapia
llega a crecer hasta 30 metros de altura y que cuando florece, todo su hábitat es
de color lila y penetrantemente aromático.
La producción de una mata oscila entre 10 y 20 kilogramos de frutas, depende de
su edad y tamaño. Hay unas que dan excepcionalmente hasta un quintal (45
kilogramos), pero para obtener un kilogramo
de almendras que es lo que en definitiva tiene valor comercial, se
requiere recoger de 350 a 400 frutos.
Los indios Maquiritare y también los Panare
obtienen la almendra utilizando,
hábilmente, una puntilla fabricada por ellos. En cambio, los campesinos
del Caura y del Orinoco, luego de eliminar la pulpa fibrosa, obtienen la almendra, eliminando la dura cobertura
a golpe de piedra. Se trata de un trabajo en cierto modo cuidadoso, pues
subsiguientemente existe una cutícula que si se malogra puede depreciar la
calidad de la almendra de primera y de segunda. Esta labor suele hacerlo el
campesino cuando declina el Sol y luego que
ha estado durante el día recolectando el fruto diseminado bajo la
anchurosa fronda de los sarrapiales.
El Caucho.
El Caucho y el Balatá anduvieron prácticamente de la
mano durante finales del siglo XIX y buena
parte del XX. Por andar tan juntos sufrieron
las mismas consecuencias de la explotación irracional y de las otras
circunstancias internacionales que afectaron la industriosa actividad bajo el
arco sur orinoquense. La cuenca amazónica fue la primera gran productora de
caucho comercial, y Venezuela por ser país comprendido en el área, participó
hasta 1920 del comercio cauchero. La variedad
más explotable no es nativa de nuestro país, pero en Río Negro y en la sección Oeste del Orinoco y del Casiquiare,
se encuentran especies valiosas como la Hevea brasiliensis y la Hevea
menor que tiene como habitat los suelos pantanosos y de alta pluviosidad.
A fines del siglo pasado más de la mitad de la
producción de caucho se obtenía en la
Región de Río Negro, pero era desviada hacia el Brasil, en tanto que el resto se exportaba por Ciudad
Bolívar. Entre 1898 y 1981 la
exportación registrada de caucho se situó en 4.300 toneladas métricas. El
año de mayor exportación fue 1908-9, con 450 toneladas.
La Madera.
Con el objeto de conocer las posibilidades de
industrialización de los recursos forestales de Guayana y coadyuvar al
entrenamiento especializado de personal técnico venezolano, se realizó en la
parte nororiental de esta región, un estudio piloto conocido con el nombre de
Programa Forestal de Guayana. Cubría este programa una extensión de 25.400 kilómetros dentro de la Reserva Forestal de Imataca.
Las actividades se concentraron en el norte, donde después de los
resultados de los estudios que duró cuatro años se dieron las primeras
concesiones. No obstante, la explotación
de la madera es una realidad desde el siglo XIX, especialmente de las especies
duras Palo Blanco, Ciado Pilón, Tato o Merey,
Curarive, Ebano, Cedro, Cacho de Venado, Pardillo, Cartán, Cachicamo,
Cereipo. Caramacate, Zapatero y Roble, entre otras.
Desarrollo agrícola y
pecuario.
Generalmente cuando se habla de la CVG, se le asocia
con hierro, aluminio, bauxita y
electricidad, pero la Corporación abarca otras áreas vitales que tienen que ver con el desarrollo
integral de la Región Guayana, destacando entre ellas la agrícola.
Existe, por lo tanto, una
Gerencia cevegista de desarrollo agrícola para promover a través de unidades
operativas el fomento agropecuario, forestal
y agroindustrial. Fomento o desarrollo planificado con apego a la potencialidad
de los recursos existentes y asimilables, así como a la realidad
socio-económica del medio, lo cual comienza por iniciativa de la Gerencia con
programas que luego de una evaluación de resultados óptimos se convierten en proyectos de inversión capaces de generar ingresos sólidos y reinvertirlos de acuerdo con las
exigencias, metas y aspiraciones. Así, ha venido teniendo la Gerencia
un crecimiento de ingresos interanual
sostenido que pasaron de Bs. 1.270.986 en 1984 a Bs. 29.485.543 en 1987.
Pero hay algo más en
este proceso y es que las técnicas probadas en los diferentes proyectos, son
irradiadas hacia sectores productivos con la finalidad
de elevar los niveles de capacitación de los productores y lograr incremento progresivo de la producción agrícola y
forestal de la región.
Esta experiencia es cada vez más rica en la
medida que se mejorará los cuadros técnicos,
que es lo que en todo momento se viene haciendo tanto en los sectores de
administración y presupuesto como en los de producción, sanidad vegetal y
animal; investigación y producción piscícola, ingeniería agrícola orientada en
saneamiento y construcciones rurales; manejo, explotación y mejoramiento
genético del recurso forestal; aserrío y
procesamiento de madera, transformación de la madera en carbón,
investigación climatológica y formulación de proyectos.
La CVG en el desarrollo y
expansión del sector agrícola regional
afinca su actividad sobre premisas muy concretas.
Así, en el área forestal consolida los Aserraderos de
Uverito, al Sur de Monagas; y Tamaveca, en
Caripito al igual que sus unidades de producción de carbón vegetal en
base a establecimientos de plantaciones de rápido
crecimiento: funda plantaciones de rápido crecimiento, funda plantaciones
de madera finas para muebles en Sierra Imataca y Guri, consolida su semillero
de pino Caribe, y así satisfacer las necesidades de los programas en todo el
país, incorpora la fase industrial en los proyectos Bosque Guri y Sierra
Imataca, con aserraderos, plantas de chapas, chapillas y aglomerado. Crea la
empresa explotadora del bosque de Uverito, reinicia la explotación de los
manglares del río San Juan, establece las primeras 1.200 hectáreas de
plantaciones de caucho en Amazonas y forma los cuerpos de Guardabosques para
la vigilancia de los parques y áreas forestales bajo su jurisdicción.
En el área agropecuaria promociona el desarrollo
agrícola regional en función del diseño e
instalación de infraestructura de apoyo, y extensión agrícola continua y
permanente en centros integrales de producción, y adiestramiento que generen recursos propios. En
este sentido la CVG, a través, de la Gerencia de Desarrollo
Agrícola trabaja sobre el Centro de Propagación Fructícola Hato Gil, la construcción
de Módulos Pesqueros en Caicara,
Ciudad Bolívar y las Majadas, así como en
estaciones de apoyo a Módulos de Servicios Pesqueros conjuntamente con PDVSA, Centro
de Producción de semen e inseminación
artificial en Tumeremo y núcleos de
asistencia técnica en Ciudad Bolívar y Guasipati,
centro piscícola experimental de El Manteco,
incremento de la producción de cacao y plátano
en la Isla de Guara, sistema de servicio y análisis
de suelos y aguas
en base a dos Laboratorios de Diagnóstico y expansión
del proyecto Cría y Desarrollo de Búfalos
en función de la importación de 200
vientres lecheros desde Bulgaria. De igual forma dota y mantiene importantes obras de infraestructura, equipos y
semovientes en las áreas que están bajo su tutela.
El proyecto de cría y desarrollo de búfalos
tiene su asiento en la Isla de Guara de donde se expande a otras áreas de las mismas
características deltanas en el entendido ya
demostrado de que es una alternativa viable técnica y económicamente. El
proyecto tal como se ha venido manejando ha permitido alcanzar coeficientes
técnicos tales como índice de parición de 75
por ciento, 7.6 en mortalidad de becerros, peso promedio al nacer de
33.4 y 32.1 de machos y hembras, respectivamente. Con
miras al incremento de la
reproducción se ensaya con éxito un programa de inseminación artificial
y otro para la producción de queso.
Aparte de este sector, la
CVG lleva adelante con especial optimismo dado sus resultados el proyecto de
producción y productividad animal. Numerosas fincas de la región son atendidas
con altos rendimientos en la producción de leche.
El Proyecto de Desarrollo Pesquero de la CVG
comenzó hace 15 años con un trabajo de investigación sostenido de importantes
especies de la fauna del Orinoco y se ha venido fortaleciendo con asistencia
técnica a la pesquería artesanal, Módulos
Pesqueros como el de Volcán en el Delta, fomento de la piscicultura, y
últimamente, investigación y aprovechamiento pesquero del Lago Guri. Hace tres
años fue necesaria una reprogramación para
adecuar los objetivos y metas del proyecto con los recursos disponibles
y las perspectivas que ofrece en la región el sector pesquero.
El potencial pesquero del Lago Guri se ha
estimado en 100.000 toneladas-año de pescado y las investigaciones biológicas
han permitido delinear programas, como el de la explotación selectiva a escala
semi-comercial, con fines de abastecer el
mercado local que para los meses comprendidos, entre julio y agosto,
presenta una marcada escasez del renglón.
En el Lago se
efectúan resiembra de alevines de pavón y coporo para lo cual la CVG cuenta con
una estación piscícola en El Manteco. En materia de Piscicultura Rural
cada año se incorporan nuevos productores, se realizan
planes de siembra y se realizan experimentos interesantes como el del
sistema de lagunas de oxidación de Pariagúan construido por Maravén.
Otros proyectos en ejecución dentro del sector
agrícola tienen que ver con el mantenimiento y saneamiento de tierras en el
Delta para su incorporación a las actividades agrícolas y pecuarias; el
proyecto de desarrollo frutícola, que tiene
su centro en la producción de plantas en el vivero de Hato Gil
alcanzando miles de patrones en frutas como el mango, aguacate y níspero; el
proyecto caucho natural Amazonas, que tienen planteado el establecimiento de una plantación de 3.000 hectáreas en el lapso
de cinco años para producir 2.000 kilogramos de caucho seco por hectárea a partir del año 2000; el proyecto
Aserradero Uverito, que está produciendo
unos 20 mil metros cúbicos de madera aserrada y 40 mil de astillas; el proyecto Bosque Guri, que ha
permitido aprovechar el recurso
forestal existente en una superficie de 820 mil hectáreas con criterios
técnicos muy bien definidos; el proyecto Aserradero de Tamavenca, que permitió mediante una asociación de CVG con la
Fundación para el Desarrollo de Monagas, reactivar este Aserradero de Caripito
que se hallaba paralizado; el proyecto Bosque Sierra Imataca, a través
del cual se aprovecha el bosque natural de la Unidad de Manejo propiedad de la
CVG y que tiene en perspectiva un Aserradero Industrial; el proyecto plantaciones Uverito, que cada año amplía el área
de plantación de pino Caribe y perfecciona su explotación en los
sectores madera y resina. Correlativo a éste, está el proyecto Huerto
Semillero, que opera desde 1985, para producir la semilla de este pino a objeto
de satisfacer las necesidades requeridas por los programas de 'plantaciones
forestales.