Nacimiento
de Guayana como
verdad
Guayana
llave de las
Comunicaciones
Dentro de la política
económica de la época que era la del Mercantilismo, el Estado resultaba más
fuerte mientras más metales preciosos atesoraba. De allí el interés marcado de
España por metales como el oro, la plata, el platino y el hierro, todo lo cual
según las muestras había en Guayana. La existencia de estos metales aceleró el
tratado de Madrid que dio lugar a la Expedición de Límites que, aunque fue un
fracaso desde el punto de vista de la demarcación de fronteras entre Brasil y
la Guayana Venezolana debido a que los
portugueses hicieron mutis en el escenario, tuvo en cambio, otros logros
que definieron, estructuraron y encauzaron
el destino de la provincia.
Guayana había sido una
región de gran resistencia a la entrada y consolidación del poblamiento y
administración española. Esto se rompe. El nacimiento
de Guayana como entidad territorial, administrativa, política, social y
económica es en verdad la obra de la Expedición de Límites, aunque es admisible el fracaso del trazado de la
línea fronteriza.
La expedición de
Límites tuvo tres grandes fases: la fase de exploración, la de
los recursos para realizarla y transformación regional de Guayana.
Los primeros obstáculos que impidieron el
avance de la expedición se localizan entre 1754 y 1756 cuando José Solano y
Bote trató de trasponer los raudales de Atures y Maipures. Es una etapa de
activación, de Desarrollo de la estructura
logística: red de abastecimiento, de transporte, víveres, dinero. Es
una estructura de ocupación del territorio que avanza. Esta primera etapa pasó por un momento absolutamente crítico porque
España todavía no tenía claro para que servía eso y la situación era muy grave dentro de la expedición, pues
habían muerto, además del botánico Pedro Lóefling, varios cosmógrafos e
infantes a lo cual se sumaba la deserción de tropas reclutadas en Cumaná.
Del 56 al 58 se produjo una especie de
relanzamiento de la Expedición a partir de los recursos obtenidos a través de
dos emisarios enviados a España y Santa Fe de Bogotá. Se trazan planes de
ocupación favorecidos por el conocimiento
del Alto Orinoco, por parte de José Solano, que es el ejecutor de esa política. Es entonces cuando la Expedición comienza
a verse como una entidad de transformación regional toda vez que se monta una
estructura de poblamiento, una estructura socio-económica y política para la
Guayana de la segunda mitad del siglo XVIII.
El fracaso de la Expedición de Límites desde
el punto de vista de demarcación de
fronteras obligó a España y Portugal a suscribir en la ciudad del Pardo
otro Tratado modificatorio del anterior y a partir de allí Guayana entró en
una etapa distinta. Una parte de los expedicionarios se volvieron a España y figuras
significativas se radicaron. José de Iturriaga, comandante de la Expedición de Límites, se quedó como Comandante de
las nuevas poblaciones del Orinoco. Se establecieron entonces dos Comandancias: La Comandancia de Guayana con
asiento en Angostura a cargo de Joaquín Moreno de Mendoza y la
Comandancia de las nuevas poblaciones del Orinoco, a cargo de José de
Iturriaga.
A partir de 1763 aparece en Caracas la figura
emblemática y fundamental para entender la Expedición de Límites que es José
Solano como Capitán General, como administrador de la expansión española en el
Alto Orinoco y Río Negro, y quien va a racionalizar todo el proceso de la
Comandancia de nuevas poblaciones.
Con la doble Comandancia Orinoco y Guayana que
suscitó diferencias entre Moreno de Mendoza y
José de Iturriaga se buscaba una forma militar y un nuevo dispositivo de
defensa, verdaderamente eficaz al tiempo, que el traslado de la Capital de
Guayana a la Angostura del Orinoco (1764) y el logro de un tipo de estructura
socio-económica de frontera permitiera una consolidación dentro de la ocupación
realizada en los años de la Expedición de Limites.
Para tales efectos, se
tenían mediante una economía de guerra, proyectos para localización de minerales en la zona de La Esmeralda que ya había sido
explorada por Apolinar Díaz de la Fuente, desarrollo de una explotación de
Cacagual Silvestre del Alto Orinoco y otras iniciativas que se materializaron a
partir del Gobernador Manuel Centurión, quien fundó y repobló 40 pueblos, fortificó los puntos vitales de la provincia,
estimuló la inmigración, permitió el mestizaje y le imprimió gran impulso al
desarrollo urbano de la ciudad capital.
En 1788, en tiempos del Gobernador Miguel
Marmión se envían a Madrid para su estudio las primeras muestras de madera de
los densos bosques de Guayana y se comienza a ver los resultados de la gestión
administrativa de Centurión, en el ramo de agricultura y la ganadería. Las Misiones del Caroní sacan de Upata unas 600 pacas
de tabaco anuales y un censo
pecuario sitúa la ganadería en 220 mil cabezas para 1790, año éste en que el Papa Pio VI decreta la creación de
la Diócesis de Guayana con jurisdicción sobre todas las provincias del
Oriente y se inicia el comercio libre con España.
En un informe dirigido por el Gobernador
Miguel Marmión al Rey Carlos III (10 de julio de 1788), se refiere a Guayana
como llave de las comunicaciones entre las provincias de Cumaná, Casanare,
Nueva Granada y el litoral atlántico,
utilizando el Orinoco como la vía más expedita. Alerta sobre el peligro
de la penetración extranjera a través del río Esequibo
mediante la implantación de conuqueros y plantea la necesidad de contrarrestarla poblando las fronteras y
dotando a las familias pobres de 25 a 30 vacas para lograr una política de
asentamiento eficaz. En este sentido,
propone quitarle a las misiones la Administración de los hatos, lo cual por
supuesto, le valió un serio conflicto con los religiosos catalanes de
las Misiones. En su informe, Marmión calcula la población de Guayana en 24.325
habitantes.
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